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miércoles, 25 de julio de 2012

Con velo ayer, hoy, siempre.



Por què ayunar en Ramadàn?


  • Dieciocho razones porque ayuna un musulmán

    Escrito por UMMA

    (Adaptado de un artículo de Marhum Ahmed Sheriff Dewji, publicado en Light Magazine)

    Cada año el mes de Ramadán llega y se va, cada año ayunamos, aún sin la propia apreciación del potencial que sostiene el ayuno para nosotros en cuanto a la construcción del carácter. Nos encontramos de espaldas espiritualmente después del ayuno tal como cuando había comenzado mes De hecho nuestra falta de conocimiento del real objetivo del ayuno frecuentemente tiende a producir un efecto adverso en nosotros, por lo que, como es bien sabido, la mejor de las medicinas puede tener efectos nocivos si no es tomada en concordancia con las directivas e instrucciones de un facultativo.

    Así el ayuno tiende a hacer de muchos de nosotros coléricos e irritables (esperando, como hacemos, tratamiento VIP de otros, especialmente nuestros subordinados y miembros de nuestras familias a causa de nuestro ayuno) mientras que el ayuno de hecho significa prepararnos exhibiendo los delicados caminos del carácter humano como lo ilustraron nuestros Imames.

    El Imam Zainul Abidin ( La Paz sea con él) registraría los errores de sus sirvientes durante el mes de Ramadán, sin decirles nada en el momento.

    Cuando el mes se acercaba a su final, él congregaba a los sirvientes ante él y les informaba sobre sus errores, para darlos al mismo tiempo y suplicarle al Señor que les perdone, del mismo modo que él los hubiera perdonado. El Sagrado Imam, Ma’asum como era, solo buscó con esta demostración práctica llamar la atención de sus seguidores en el hecho de que ellos serán responsables ante Dios por sus acciones y deberán desear Su perdón, y tendrían que perdonar a sus subordinados igualmente.

    Esta lección práctica enseñada por el Imám debe ser rigurosamente perseguida durante el mes de Ramadán por los seguidores del Imám.

    Como en este caso, y en otras esferas de la vida, nuestra actitud al ayunar debe ciertamente cambiar de manera radical. Debemos darle la bienvenida al ayuno como un medio práctico para reformarnos en vez de considerarlo apenas como una inevitable sumisión religiosa, ansiosamente esperada para liberarnos al fin del mes y reanudar nuestras antiguas modalidades otra vez.

    Por supuesto a parte de ser un medio de obtener el agrado de Dios, por lo cual todos los actos de devoción básicamente dan por entendido, el ayuno puede ser usado como el punto de apoyo para construir los diversos rasgos del carácter en conformidad con las prohibiciones judiciales evidentes del mismísimo Corán que dicen que el ayuno ha sido prescripto con miras a desarrollar la piedad en el hombre.

    En el apuro y alboroto de la vida diaria, el hombre frecuentemente se encuentra mal equipado para la batalla a través de los obstáculos de la vida si el no se provee con la actitud propia para enfrentar los diferentes problemas. Mientras que nos encontramos frustrados o miramos hacia diferentes direcciones en tales dificultades, desafortunadamente hemos pasado por alto la fuerza que provee cada año la construcción del carácter en nosotros.

    Ramadán es un mes de ayuno y plegarias para los musulmanes. El ayuno consiste en la abstinencia total de comida y bebida de la madrugada hasta el crepúsculo.

    Allí esta de todas maneras, el gran significado que el ayuno no es una mera abstinencia de comer y beber. El real objetivo del ayuno es inculcarle al hombre el espíritu de la abstinencia de los pecados, y el cultivo de la virtud. Así el Corán declara que el ayuno ha sido prescripto con la visión de revelar la piedad en el hombre. ¿Cómo son cultivadas las muchas facetas de la devoción a través del ayuno? Este artículo trata de catalogar lo más concientemente posible los variados beneficios que el ayuno confiere a los Musulmanes.

    La consideración más importante al proyectar el ayuno, como en todo acto de devoción, es buscar la cercanía con Dios, y buscar Su agrado y Su perdón. Esto genera el espíritu de piedad en el hombre.

    Crear las condiciones de hambre y sed para nosotros, en simple obediencia al Orden Divino, mide la Fe del hombre en Dios y ayuda a enderezarlo poniéndole una prueba severa. Ayunar realza a través de la creación de la disponibilidad no artificial, el valor de las generosidades de Dios las cuales el hombre a menudo da por concedidas. Esto inculca en el hombre el espíritu de gratitud y devoción consecuente hacia Dios. Nada más puede traer a la casa de un hombre el valor de generosidades de Dios que un vaso de agua y una comida completa después del ayuno de un día de duración.

    Así aviva en el hombre el espíritu de sacrificio conduciéndolo a cambiar hacia sus padecientes hermanos. El ayuno le brinda al hombre un entrenamiento sin fallas en cuanto a la resistencia, y al espíritu de aceptación. Esto lo prepara para levantarse ante situaciones inalterables de la vida con el mismo espíritu de resignación cultivado durante el ayuno. El ayuno cultiva el coraje, la fortaleza, y el espíritu de lucha en el hombre para superar las pesadas dificultades de la vida con una mente tranquila y calmada.

    Afila su poder de concentración para superar obstáculos a través de vigorosos ejercicios basados en este mes, la conducción para acerar lo que él impulsará y resolverá, que le podrá ayudar a desafiar situaciones en la vida.
    Esta visto que muchos hábitos indeseables que son dificultosos de abandonar, son más fáciles de abandonar durante los días de ayuno. El ayuno le enseña al hombre la confianza en Dios, y la esperanza en Él. Justo como el vigoroso estado de ayuno de todo un mes es emprendido bajo Su asistencia, situaciones amargas de la vida también son superadas con Su ayuda. El ayuno desarrolla el espíritu de paciencia en el hombre, con la realización de los días de ayuno, que aparentan ser interminables, y llegar a un exitoso final feliz. Así es la vida.

    Todas las situaciones amargas pasan, y llegan al final. El ayuno significa conquistar el hambre y desarrollar el control en el hombre. El esfuerzo vigoroso requerido aguantando el hambre y la sed puede ser extendido para conquistar otras dolencias del carácter humano que conducen al error y al pecado. El ayuno inculca el espíritu de tolerancia en el hombre para enfrentar condiciones y situaciones desagradables sin hacer de sus semejantes las víctimas de su ira.

    Muchas personas, cuando enfrentan incomodidades y privaciones, se transforman en irritables y disgustados. Esta ira es luego vertida en aquellos que los rodean.

    El ayuno ayuda al hombre a volverse más tolerante a pesar de su disconformidad. El ayuno sazona al hombre y realza su carácter, dándole un topetazo a los instintos humanos del orgullo, la arrogancia, los celos y la ambición. El ayuno suaviza el carácter, limpia los corazones y las mentes de las emociones negativas. El ayuno expone las debilidades del hombre al estar privado de dos gracias de Dios: comida y bebida. Esto infunde el espíritu de debilidad y sumisión, generando humildad y súplica en vez de otras formas arrogantes.

    El ayuno sopla el espíritu de perdón en el hombre hacia otros, como busca el perdón de Dios a través del ayuno y la oración.
    El ayuno da lecciones de puntualidad. El hombre debe adherirse a un estricto horario de tiempo en observación del ayuno. El ayuno puede afectar la economía del individuo ya que gasta menos en comida y bebidas. El ayuno demanda un sentido rígido de la disciplina mental, espiritual y física. Esto forma características que son el ingrediente esencial para tener éxito en la vida.
    El ayuno crea el espíritu de reforma en el hombre, infundiéndole un espíritu de entusiasmo y de energía para cambiar y transformarse en un mejor ser humano a los ojos de Dios. Esta es una excelente oportunidad, dada a los creyentes cada año, para cambiarse a sí mismos y consecuentemente a sus destinos.

    Por el lado físico, el ayuno limpia el sistema humano de las impurezas por comer ininterrumpidamente durante todo el año.
    Prepara el cuerpo para enfrentar enfermedades y condiciones de escasez. La rígida abstinencia del ayuno regula la salud del hombre, afina su intelecto y realza las cualidades de su corazón. Así el ayuno es una gracia en sí mismo, envolviendo dentro de sí muchas generosidades. Inspira el espíritu de reforma en el hombre, creando un vasto despertar en él para completar los deberes entre Dios y el hombre, y hacia él mismo.

NUTRICIÒN EN RAMADAN


  • Consejos dieteticos y nutricionales para saber como alimentarse durante el mes de Ramadan


    El Ramadan es una epoca marcada por una alteracion en la rutina a todos los niveles, y se produce un fuerte cambio en el horario habitual de las comidas que va a influir en nuestro rendimiento a lo largo del dia.

    Al igual que en cualquier otra epoca del año, lo ideal seria llevar una dieta equilibrada, que nos aporte los nutrientes necesarios, en su justa medida, aunque muchas veces esto es lo mas dificil. En Ramadan en general es facil consumir las calorias necesarias para satisfacer los requerimientos energeticos de nuestro organismo, lo dificil es hacerlo en el tiempo disponible, consiguiendo un aporte adecuado de todos los nutrientes y sin atiborrarse, ya que a menudo se ingieren grandes cantidades de comida de forma desordenada, que provocan trastornos digestivos.

    Por otra parte, tambien hay personas que realizan una elevada actividad física, y en las que si hay falta de apetito, habra que cuidar que ingieran lo adecuado en relacion a su edad, complexion y actividad, para evitar una perdida de peso.
    Aqui damos una serie de consejos generales que pueden ayudar a alimentarse de una forma saludable durante este mes:

    1. Realiza un consumo elevado de hidratos de carbono de absorción lenta, sobre todo en el desayuno, ya que van a liberar energía lentamente a lo largo del día: pan integral, muesli, copos de avena, cereales integrales de desayuno, arroz, pasta, patatas, legumbres bien cocinadas o en forma de puré.
    Los hidratos de carbono deben ser, en este mes más que nunca, la base de la
    alimentación.

    2. No abuses del azúcar, refrescos azucarados y dulces, ya que se puede producir, por efecto rebote, un descenso de la glucosa en sangre, que puede hacer que nos sintamos más débiles.

    3. Como fuente de proteínas, toma pescado, huevos, lácteos semidescremados, o carnes con poca grasa, por ser de digestión más fácil.. Limita los embutidos, aunque sean de pavo o ternera y sean halal, a 2-3 veces por semana, por su elevado contenido en sal, nitratos y nitritos y grasas.

    4. No olvides incluir varias raciones de frutas y verduras frescas ó ligeramente cocinadas, fáciles de digerir, además de que nos van a aportar fibra, ácido fólico, carotenos, vitamina C y agua. Son fundamentales para ayudar a evitar el estreñimiento que a menudo se da por el cambio de horario en las comidas.

    5. carotenos, vitamina C y agua. Son fundamentales para ayudar a evitar el estreñimiento que a menudo se da por el cambio de horario en las comidas.

    6. Ingiere agua en cantidad suficiente. En el tiempo disponible para ello, lleva a todas partes una botellita con agua y tómala poco a poco aunque no tengas sed. Así estarás bien hidratado a lo largo del día siguiente.

    7. No abuses de la sal y productos salados (patatas chips, aceitunas, anchoas, etc.) ya que nos van a provocar más sed. Las personas con el estómago más delicado, deberán evitar las comidas muy especiadas y picantes.

    8. Incluye en tu alimentación durante estos días una pequeña porción de frutos secos, que aportan energía, proteínas, vitaminas y minerales como el hierro.

    9. Para cocinar y como condimento, emplea siempre que puedas el aceite de oliva.

    10. Como postres consume frutas, macedonias, o postres lácteos, como el arroz con leche, natillas, flan, cuajada, etc. Es preferible que los dulces sean caseros, elaborados a base de frutas y/o frutos secos, evitando en la medida de lo posible los productos de bollería industrial.

    11. Los alimentos deben elaborarse preferiblemente a la plancha, hervidos o al horno. No abuses de los fritos y platos precocinados.

    12. Para evitar trastornos digestivos, es preferible romper el ayuno con poca cantidad de comida, y continuar con pequeñas cantidades frecuentes, que hacer una única comida copiosa.

    13. Aprovecha para tomar zumos naturales de frutas y verduras (naranja, zanahoria, manzana, etc), que nos van a aportar muchas vitaminas, protegiendo al organismo frente a posibles resfriados u otras infecciones, fortaleciendo las defensas.

    14. Aunque cueste trabajo, recuerda que este es un mes de purificación en todos los sentidos, y en el aspecto nutricional también.

martes, 17 de julio de 2012

lunes, 16 de julio de 2012

EL TODOPODEROSO ESTÈ CONTIGO.


Al-lah prospere vuestro amor.


Sonrìe


Al-lah prospere tu camino..


Al-lah te regale paz y armonìa.


Para cada dìa


Tus planes Señor.


Dios te bendiga


Sonrìe